Anoche me sobrecogí al ver el testimonio de Ester Quintana, barcelonesa de 42 años. Si descripción de los hechos te rompe algo en lo mas profundo del corazón. Ves como las cosas ya pasan de castaño a oscuro, como la teoría del "Ojo x Ojo" cada día cobra más sentido.
Tras haber estado en muchas de las manifestaciones, desde que el gobierno de Mariano Rajoy comenzó los recortes, puedo sacar muchas conclusiones de estas y de la evolución en la actitud de los manifestantes que asistimos a ellas. En los inicios, eran muchos los que gritaban a los UIP: "¡A ti que estas pegando, a ti te están robando!" o "¡Po-li-cía u-ne-te!". Muchos estábamos convencidos que detrás de esos uniformes, había padres y madres con hijos, incluso con nietos, los cuales debían velar por nuestra seguridad, teniendo un toque de sentido común en sus actuaciones.
Hoy, mirando a tras, y después del caso de Ester Quintana, entre otros, por muchos comunicados del sindicato de policía, mossus o su puta madre, nuestra actitud en las manifestaciones será diferente. Lejos quedaran esas sentadas frente al congreso, sin pánico a que los UIP te puedan dañar, borrados quedan de nuestra mente esos pensamientos: "No creo que me hagan daño si les muestro las manos limpias hacia arriba". Aquí de lo que se trata ya, es de ellos o nosotros.
Cierto es que nuestra intención en las concentraciones nunca fue la de asaltar el congreso ni ningún órgano representativo del estado constitucional en el que vivimos, pero las próximas manifestaciones/concentraciones serán distintas. Han conseguido que muchos a buen seguro vayan preparados para plantar cara a las fuerzas de seguridad, estos serán los menos, otros, presos del miedo al menos atisbo de UIP's cerca, saldrán corriendo cual alma lleva el diablo, dado que el miedo ha podido con ellos, de lo cual nadie tiene derecho a culparles. Ambas actitudes son el fruto de la represión gubernamental, represión que existe en un país que la padeció durante mas de 35 años y que ahora parece que vuelve por navidad.
El próximo día que me manifieste, tendré muy claro que los que van de "azul oscuro casi negro" no son amigos, son el arma gubernamental que se interpone entre mi derecho a expresar libremente mi malestar y la teoría del Rajoy tener que estar en casa como mayoría silenciosa. Como me decía un amigo hace poco: "Todos los logros de los que disfrutáramos hasta la fecha, no se consiguieron rezando el rosario en casa".
Un frase que me marcó, vista en una pancarta el 25S:
NO TEMO LA REPRESIÓN DEL GOBIERNO, TEMO EL SILENCIO DE MI PUEBLO
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