28 noviembre 2012

SABERES DE FAMILIA

Y es que un buen día, te vas haciendo mayor, pasas ya de los 18 añitos, ves que todo va cambiando a tu alrededor. Todo aquellos que era idílico, se va tornando medio gris tirando a negro. Ves como aquellos tíos que eran un modelo de pareja ya no lo son tanto, te encuentras ante decisiones importantes que a buen seguro no habías previsto. Conoces un/a chica/o, te enamoras, pasas a dar todo por el/ella. Es tu nuevo centro de atención, tu foco de amor, de pasión, de dolor y de cariño.

Pasan unos años más, comienzas a compartir gastos en pareja, (es obvio) comienzas a pensar en el futuro. Te ilusionas con como sería tu futuro pisito en el que iniciaras tu vida en pareja, tus proyectos familiares. Piensas que quizás, esta primera inversión te puede dar acceso a otro hogar más grande, codicias ese gran salto que darías con la plusvalía sacada por tu inversión inmobiliaria inicial. De hecho tu entorno más cercano te aconseja, te encauza hacía ello, lo ha estado haciendo desde niño con la gran frase: "Compra hijo, compra, no ves que así te quedará para el día de mañana. Alquilar es tirar el dinero".

Llega el gran día, firmas con pluma de plata un contrato que para ti es oro, esperas con ilusión esa copia de tus escrituras, corre por tu mente esa sensación de ser propietario, de saber muy bien lo que estas haciendo, aunque sean treinta años de penitencia. No importa el dinero de la señal, el dinero de la tasación, el honorario de la inmobiliaria, solo importa que ya has hecho "lo correcto".

Y de repente, zas en toa la boca!!. Te despiertas del sueño. Tu piso, el cual creías una inversión bestial para un futuro más acomodado, de pronto, pasa a valer menos, y menos, y menos, ves como tu inversión se devalúa, te aferras al menos a sacar lo que hasta ahora te queda por pagar de hipoteca, te convences de que todo se recuperará. Ves como a tu entorno le sucede lo mismo, ves como todo se desmorona. Por si fuera poco, te dan una gran noticia en el trabajo: "Has sido un trabajador impecable pero no hay dinero para seguir contratandote". Intentan recuperarte moralmente del segundo palo pero es difícil. Es aquí cuando aparece de nuevo con una frase mítica de los saberes de familia: "Hijo, no gastes el paro, déjalo para cuando haga falta". Ves que es muy difícil tener la estabilidad de hacía varios años atrás. La gente cuando te ve ya no te dice que estas mas gord@ o si aún no te has puesto a tener hijos, no, ahora su objetivo es preguntarte: "Estarás buscando trabajo, ¿no?". Pasan los meses y ves como cada cosa que haces, tu subconsciente te hace creer que es una perdida de tiempo. 

Un día te levantas, como otro día cualquiera y piensas en los "SABERES DE FAMILIA". Piensas como te hubiera ido la vida sin haberlos escuchado pero ya es tarde, estas atrapado y solo queda luchar y enfrentarte a una vida que, aunque te pese, te ha tocado vivir y disfrutar, viendo el vaso medio lleno si no quieres caer en más desgracias. 

La vida es un regalo y como tal hay que disfrutarlo, centrándote en esas pequeñas cosas que antes no tenían  importancia.

9 comentarios:

  1. Ole mi niñoooo! Cómo se expresa!...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias amor mío. Mi inspiración también te la debo a ti...por toda una vida llena de aventuras a tu lado, pero esto no ha hecho más que empezar!!!

      Eliminar
    2. Jajaja, esto es algo recíproco pequeñín, no habríamos hecho nada el uno sin el otro. Cagada o no cagada...jijiji. :-*

      Eliminar
  2. Me encanta. Y me siento absolutamente identificada. Yo también "caí" en ese error, que entonces no lo parecía, de "hacer lo correcto" y comprar "que alquilar es tirar el dinero y además en cinco años lo vendes y ganas el doble y si no, nunca tendrás nada y el día que faltemos nosotros...que? eh! ten un poquito de cabeza hija, compra!!". Para mi fortuna, he podido alquilar y he conservado mi empleo, pero sí es cierto, de pronto todo se desmorona. Muy bien retratada la situación. Lo dicho Sergio, un crack!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu comentario Irene, de hecho eso es lo que pretendía, que nos sintiéramos indetificados y nos apoyásemos unos en otros...no podrán con nosotros!!

      Eliminar
  3. Eso es. Apoyarse unos en otros y formar un tejido social fuerte. ¡No pasarán!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡NO PASARÁN!, Gran frase acuñada durante la defensa, frente a los golpistas facciosos. Habrá que rescatar ese espíritu...creo que para muchos, murió y ha quedado en el olvido.

      Eliminar
  4. Que razon tenéis, la de veces que me arrepiento de haber comprado, yo encima con cláusula suelo y cierto "era el tío más feliz del mundo con mi propiedad", ahora soy un exclavo del banco, ya no trabajo ni para el que paga (y sé que soy afortunado por tener trabajo), trabajo para el banco, ese día que firme las escrituras fui un iluso, la unica propiedad que se adquirio allí fue mi exclavitud y el unico propietario el banco. Pero eso sí, desgraciado económicamente pero afortunado en la vida, tengo una mujer maravillos, y no tengo palabras para describir el amor haci mis dos hijas... Exclavo pero feliz!!!
    Felicidades por el Blog "Mákina".

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buena reflexión amigo mío. La vida te depara grandes sorpresas pero esta en ti hacer que las menos buenas se palien con felicidad, amor y optimismo. Tengo una mujer a la que amo desde hace 16 años y por el momento los nenes están en proyecto pero claro esta que será mi mejor aportación a la humanidad...

      Eliminar

Opina sobre el tema...