En la mañana del pasado domingo 18 de Noviembre, estuve dando un agradable paseo por el "descuidado" Campo del Moro. A medida que me adentraba e por sus caminos cubiertos de hojas secas, señal inequívoca del equinoccio en el que nos encontramos, recordaba aquellos paseos que daba junto con mi abuelo y que tan emocionantes me parecían, correteando entre los árboles y recogiendo castañas del suelo, concibiéndolas como un tesoro muy valioso para un niño de 7 años. Pero hoy, he de decir y más aún "denunciar" el lamentable estado en el que se encuentran dichos jardines. El estado de los monumentos, los caminos, y demás zonas destinadas al disfrute, no solo de los madrileños o españoles sino de los turistas que como parte de su ruta de visitas, pretenden disfrutar de unos jardines con tanta historia como los del Campo del Moro. Por recodar algo de su historia destacaría que Felipe IV, transformó el lugar construyendo fuentes y plantando diferentes árboles, entre ellos olmos, que usaba como cazadero. Hasta el siglo XVII su destino hacia las veces de lugar de caza menor. Durante el reinado de Isabel II se ordena la creación de un parque-jardín en el Campo del Moro. En este periodo se diseña un gran parque y se instalan dos fuentes emblemáticas, la de los Tritones, traída del palacio de Aranjuez y la de las Conchas, procedente del palacio de Boadilla. Tuvo unos años de abandono hasta la Regencia de María Cristina cuando se inician una serie de reformas dando al parque el carácter actual. Las reformas siguieron el concepto romántico de la naturaleza, masas arbóreas y recoletos senderos, siguiendo el trazado de los parques ingleses del siglo XIX.
Espero que por el bien de nuestra historia y de nuestro turismo se arreglen cuanto antes los jardines por los que todos, en algún momento de niños hemos correteado...
SALUDOS
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