En ultimas declaraciones Bush afirmaba: "No puedo imaginar lo que tiene que ser llegar de nuevas y tener que lidiar con todo esto", según una filtración publicada por The New York Times...¿CACHONDO EL PELLEJO NO?. La complejidad de la agenda del próximo presidente sólo es comparable a la asumida por el demócrata Franklin Delano Roosevelt (1933-1945) en 1933, con el New Deal (nuevo trato) como eje.
Tod@s en algún momento nos hemos hecho la pregunta: ¿cambiará el mundo tras las elecciones norteamericanas de mañana?. Lo cierto es que algo sí que cambiará. Dejaremos de ver el careto de hipócrita e inútil del George W. Bush (el amigo de Ansar).
Realmente no creo que se note mucho el cambio. No esperemos que el ganador, en el caso de que fuese Barak Obama (I hope), retire las tropas de Irak emulando a Zapatero tras la victoria del 14 marzo de 2004. Lo cierto es que si alguien siempre gana con las elecciones de EEUU, esos son los norteamericanos, por descontado. Al resto del mundo (incluida Russia nos toca verlas venir).
Obama es un demócrata con mucha escuela y con un talante correcto en cuanto a lo que "esta bien y lo que no". Tiene algo que Bush no ha tenido desde que le dio a luz su madre, SENTIDO COMÚN. Esta palabra que muchos usamos muy a menudo y que nos parece tan sencilla, en realidad esconde un trasfondo necesario en la personalidad de un político que esta llamado a ser el presidente del una "superpotencia" mundial.
Muchos dirigentes republicanos entre los que se cuenta Mcain (el tío de las patatas congeladas), han tachado a candidato demócrata de socialista, lo cual a mi me agrada pero a los norteamericanos les da pavor, ¿por qué?. Lo cierto es que no creo que sea por que tod@s hallan leído libros sobre el tema, más bien es una herencia de abuelos a nietos, del mundo que ha construido EEUU tras la II Guerra Mundial y mas aun tras la Guerra Fría.
Volviendo al sentido común, dejando de lado el sentido evangelizador y culturizador de los EEUU de los últimos 8 años, no debemos olvidar las barbaridades cometidas en Guantánamo y Abu Ghraib minaron la autoridad moral de EE UU.
Desde el trauma del 11-S, Estados Unidos "ha sido exportador de miedo y rabia más que promotor de nuestros tradicionales valores de esperanza y optimismo. Guantánamo es un icono más poderoso que la Estatua de la Libertad". Obama acude al rescate del simbolismo de la escultura regalada por Francia en el año 1886, abrazando el multilateralismo como receta para la solución de las crisis y el rediseño de las instituciones internacionales. Lo hará, según propia confesión, para garantizar el liderazgo de su país y reforzar la legalidad internacional.
El ganador de este martes -Barack Obama o John McCain- afrontará retos enormes en su tortuoso camino hacia la recuperación del crédito: primero deberá cerrar Guantánamo y proscribir la tortura, y después reconducir las alianzas y prioridades de un país sobrado de ideas y de recursos, capaz de integrar en casa culturas y razas diversas, pero acechado por enemigos jurados y un terrorismo escurridizo y potencialmente devastador. Irak, Irán, Afganistán y Pakistán son un quebradero de cabeza, y pueden serlo también Somalia, Sudán, Zimbabue y el Congo. Paralelamente, poderes emergentes, aunque comparativamente pequeños -China o India, entre ellos- le disputan mercados, cancillerías e influencia política. Los imperios nunca afrontan problemas menores.
Un intenso dinamismo mundial aguarda al nuevo inquilino de la Casa Blanca. El análisis de Joseph S. Nye (profesor en Harvard), resume las intenciones del hombre aparentemente destinado a hacer historia en la Casa Blanca: "No podemos imponer la democracia a punta de pistola".
Tod@s en algún momento nos hemos hecho la pregunta: ¿cambiará el mundo tras las elecciones norteamericanas de mañana?. Lo cierto es que algo sí que cambiará. Dejaremos de ver el careto de hipócrita e inútil del George W. Bush (el amigo de Ansar).
Realmente no creo que se note mucho el cambio. No esperemos que el ganador, en el caso de que fuese Barak Obama (I hope), retire las tropas de Irak emulando a Zapatero tras la victoria del 14 marzo de 2004. Lo cierto es que si alguien siempre gana con las elecciones de EEUU, esos son los norteamericanos, por descontado. Al resto del mundo (incluida Russia nos toca verlas venir).
Obama es un demócrata con mucha escuela y con un talante correcto en cuanto a lo que "esta bien y lo que no". Tiene algo que Bush no ha tenido desde que le dio a luz su madre, SENTIDO COMÚN. Esta palabra que muchos usamos muy a menudo y que nos parece tan sencilla, en realidad esconde un trasfondo necesario en la personalidad de un político que esta llamado a ser el presidente del una "superpotencia" mundial.
Muchos dirigentes republicanos entre los que se cuenta Mcain (el tío de las patatas congeladas), han tachado a candidato demócrata de socialista, lo cual a mi me agrada pero a los norteamericanos les da pavor, ¿por qué?. Lo cierto es que no creo que sea por que tod@s hallan leído libros sobre el tema, más bien es una herencia de abuelos a nietos, del mundo que ha construido EEUU tras la II Guerra Mundial y mas aun tras la Guerra Fría.
Volviendo al sentido común, dejando de lado el sentido evangelizador y culturizador de los EEUU de los últimos 8 años, no debemos olvidar las barbaridades cometidas en Guantánamo y Abu Ghraib minaron la autoridad moral de EE UU.
Desde el trauma del 11-S, Estados Unidos "ha sido exportador de miedo y rabia más que promotor de nuestros tradicionales valores de esperanza y optimismo. Guantánamo es un icono más poderoso que la Estatua de la Libertad". Obama acude al rescate del simbolismo de la escultura regalada por Francia en el año 1886, abrazando el multilateralismo como receta para la solución de las crisis y el rediseño de las instituciones internacionales. Lo hará, según propia confesión, para garantizar el liderazgo de su país y reforzar la legalidad internacional.
El ganador de este martes -Barack Obama o John McCain- afrontará retos enormes en su tortuoso camino hacia la recuperación del crédito: primero deberá cerrar Guantánamo y proscribir la tortura, y después reconducir las alianzas y prioridades de un país sobrado de ideas y de recursos, capaz de integrar en casa culturas y razas diversas, pero acechado por enemigos jurados y un terrorismo escurridizo y potencialmente devastador. Irak, Irán, Afganistán y Pakistán son un quebradero de cabeza, y pueden serlo también Somalia, Sudán, Zimbabue y el Congo. Paralelamente, poderes emergentes, aunque comparativamente pequeños -China o India, entre ellos- le disputan mercados, cancillerías e influencia política. Los imperios nunca afrontan problemas menores.
Un intenso dinamismo mundial aguarda al nuevo inquilino de la Casa Blanca. El análisis de Joseph S. Nye (profesor en Harvard), resume las intenciones del hombre aparentemente destinado a hacer historia en la Casa Blanca: "No podemos imponer la democracia a punta de pistola".
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